Camino en la oscuridad, en puntas de pie voy tanteando sigilozamente el terreno que se va trazando paso a paso. Cuido de no tropezar, evitar los topes, venzo algunos obstástuculos otros detienen por completo mi marcha, me tumban, vuelvo a levantarme con menos fuerzas cada vez, preguntándome si vale la pena intentar erguirme nuevamente o sería mejor permanecer en el suelo mientras todo se sucede. Debo decidir qué hacer, si seguir avanzando en esa senda de infinita penumbra, sorteando las visicitudes que restan toda esperanza de alcanzar alguna luz o si simplemente me dejo morir, inmóvil y sin esperanza alguna.