viernes, 30 de enero de 2009
viernes, 23 de enero de 2009
Debo escribir, escribir hasta el cansancio mental, agotar mis palabras, mis ideas, mantener mis pensamientos lejos de vos. Buscar actividades q espanten el deseo d tenerte cerca mío. Inventar excusas para no kerer q esos labios acaricicien los míos. Repetir una y otra vez hasta convencerme, q no me importas. Simplemente no puedo. Todo me remite a vos. Por favor, q se acabe d una vez esta agonía.
jueves, 22 de enero de 2009
Serás vos? quien sabe... Desearía q así fuese, sin engaños, ni mentiras, con un afecto real, sincero. Estoy dispuesta a darte todo lo q poseo. Por favor, no me lastimes xq realmente no creo poder recuperarme. Si no t sucede lo mismo q a mi, es mejor lo digas ahora xq aún sé q puedo volver a levantarme. Si lo q deseas es calmar tu sexo, entonces no dibujes intenciones, ni digas palabras q no sentís, yo quiero darte algo más importante no hagas perder mi tiempo. Quizás pienses q estoy loca x sentir tantas cosas con alguien q casi no conozco pero me temo q es real para mi. El pensarte y verte casi perfecto es parte d lo q provacas. Q tonta no? Ojalá pudieras kererme...
En medio de la sala sentada en su silla, ella esperaba. Con su peinado recogido, su camisa mal abotonada y su mirada perdida solo permanecía allí hasta q algo ocurriese. Todas las personas que conocía se habían olvidado de ella, al quedarse todo el tiempo en su sala había dejado de existir. Divagaba con la idea d q el teléfono sonara y fuese alguien importante en su vida, q le dijera q la pensaba y deseaba verla. Jamás ocurrió.
Un día decidió tomar coraje y levantarse de esa silla, atravesó la habitación y llegando a la puerta se dió cuenta q no tenía ningún lugar a donde ir, ni nadie a quien visitar, era inútil salir mejor permanecer allí pronto alguien vendría, pensó.
El tiempo siguió trasncurriendo semanas, meses, años, y ella ahora con su cabello mucho más blanco, sus manos surcadas de pliegos y su visión dismunuída se dió cuenta q estaba en el crepúsculo de su vida, poco importaba si moría o permanecía allí. Cerró sus ojos. El silencio llenó la habitación. Pronto no necesitaría a ninguna persona. Pronto sería libre d soledad y angustía.
Un día decidió tomar coraje y levantarse de esa silla, atravesó la habitación y llegando a la puerta se dió cuenta q no tenía ningún lugar a donde ir, ni nadie a quien visitar, era inútil salir mejor permanecer allí pronto alguien vendría, pensó.
El tiempo siguió trasncurriendo semanas, meses, años, y ella ahora con su cabello mucho más blanco, sus manos surcadas de pliegos y su visión dismunuída se dió cuenta q estaba en el crepúsculo de su vida, poco importaba si moría o permanecía allí. Cerró sus ojos. El silencio llenó la habitación. Pronto no necesitaría a ninguna persona. Pronto sería libre d soledad y angustía.
martes, 20 de enero de 2009
Entre lágrimas de cielo caminábamos juntos por esas veredas que seguramente ambos pisamos miles de veces. Mis mejillas no podían dejar de sonrojarse al verte a los ojos. Permanecí casi estupefacta ante cada palabra que decías, nada de lo que yo pudiera relatar importaba. Solo quería saber todo de vos.
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